Sin duda, la capacidad visual es el sentido mas importante a la hora de poder conducir un vehículo. La normativa establece diferentes capacidades si se trata de un carnet del grupo I (AM, A1, A2, B, B+E) o del grupo II (BTP, C1, D1 y D). Para el caso de los permisos del grupo I la normativa es “menos exigente” que para los del grupo II (llamados “carnet profesionales”).

Para poder tener un permiso en vigor del grupo I, la persona tiene que tener una visión de al menos un 0,5 en un ojo, mientras que para poseer una licencia en vigor para los permisos del grupo II, la persona tiene que tener una capacidad de al menos 0,8 en el ojo mejor, y de 0,1 en el ojo peor.

Esta capacidad visual mínima puede alcanzarse tanto con lentes correctoras como sin ellas. Por norma, entre un 25 y un 30% de conductores necesitan llevar alguna corrección ocular, lo que da una idea de lo fácil que puede resultar el tener una “mala visión”.

Para el caso del grupo II, no se permite la visión monocular, es decir, con un solo ojo no se puede tener un carnet del grupo II (llamados carnet profesionales), ni tampoco si para alcanzar la visión mínima se precisan usar una lente superior a 8 dioptrías.

Para el caso de permisos del grupo I, si está permitida la visión con un solo ojo, pero dependiendo del estado de ese ojo, y otras enfermedades de la persona, el tiempo de vigencia puede ser más corto que el normal, y se establece a criterio del médico reconocedor,  pudiéndose limitar también la velocidad máxima de circulación, el tipo de vías, no conducir de noche, etc.

Para el caso de la visión monocular, el conductor deberá llevar obligatoriamente en su coche espejos retrovisores a ambos lados, y un espejo interior panorámico.

Los problemas de visión se acentúan muchísimo durante la conducción nocturna, ya que se pierde en torno a un 10-15 % de agudeza visual, y se pierde un buen puñado de metros en la profundidad del campo visual.  Tal es así, que aunque la conducción nocturna representa apenas la cuarta parte del tiempo total que pasamos al volante, los accidentes representan la mitad.

Con el nuevo reglamento de conductores, se han aumentado los tiempos de vigencia del permiso de conducir, siendo por periodos de 10 años hasta los 65, y de cinco años por encima de esta edad. Así, una persona que renueva su carnet con 62 años,por ejemplo, se le dará hasta que cumpla los 70 si todo “está bien”. En imposible predecir o imaginar como estará la vista de esa persona cuando tenga unos años más.

Si realmente queremos mejorar la seguridad al volante, hay que establecer unas normas más restrictivas, o al menos con una mayor frecuencia de revisiones médicas, que aseguren la idoneidad de la persona al volante. Un ejemplo que pone de manifiesto la disparidad de criterios en este sentido es que siguiendo el ejemplo anterior, una persona con 62 años, superando las pruebas, se le concede un permiso por 8 años, mientras que si es cazador, se le otorga solo para 2 años, y a partir de 70 debe revisarse de año en año (ASÍ DEBERÍA SER TAMBIÉN PARA EL PERMISO DE CONDUCIR).

Pensemos por un momento quien mata más personas, si las escopetas o los coches.

Es fundamental que la persona tenga perfectamente corregida su capacidad visual, y aunque no esté especificado en su permiso de conducir el uso obligatorio de lentes correctoras (ya sea gafas o lentillas), las use por su cuenta, por sentido común y seguridad para él, para su familia y para los demás vehículos o peatones.

Por favor, REVISE CON FRECUENCIA SU VISIÓN.

Desde nuestro CENTRO MÉDICO, y con el objetivo de mejorar la SEGURIDAD VIAL, nos comprometemos a revisar la capacidad visual de todos aquellos conductores que desconozcan o duden de su visión, sin coste alguno para ellos.

 

 

 

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